Música para mujeres

La lengua argentina respeta y ve con gran alegría el uso de los canastos en las bicicletas, y afirma de una vez por todas que este artículo de multiples e inimaginbles usos, no es "para mujeres". Ni es de mujer usarlos. El hecho de que asociemos el canasto con las mujeres es un hecho cultural que debemos cambiar y suprimir. Todo ciclista, masculino o femenino, debe transportar cosas; el uso de la llamada "canastita para la bici" resulta equivalente para cualquiera de los sexos, sin preferencias por uno u otro, ni mayorías o minorías de uso. Este artefacto, por lo tanto, no puede encasillarse como un objeto comercial con un target bien definido -así como las tiritas rosas del manubrio se dirigen al público femenino de entre dos y siete años; las rueditas, para la misma edad; el timbre, para los melacónlicos; las calcomanías de los stones, para los rolingas y el casco, para los precavidos. Basta una corta caminata por las calles del centro porteño, a las ocho horas y media de la mañana, cuando el sol araña con sus rayos las torres de Puerto Madero, para ver centenas de bicicletas con gigantescos canastos que transportan el pan del día hacia las miles de oficinas que conforman el Estado nacional y su inabarcable maquinaria.

La lengua argentina por lo tanto defiende el uso de "la canastita en la bici" y decreta que no es de mujer usarla, mucho menos cuando ésta tenga un cartel que diga:

aguante el rock and roll manga de giles

Pero este tema tan polémico en la sociedad actual hace pensar en la esencia verdadera de las cosas que sí son sólo para mujeres. Cuáles son esas actitudes, manías y preferencias que hacen a la mayoría de un sexo y no del otro. Cuáles son las características que diferencian, por ejemplo, un negocio de ropa de uno y de otro sexo, o una publicidad de desodorante femenino de una de masculino. Por ejemplo, ¿qué mujer usa corbata hoy en día? Pocas. ¿Qué hombre usa pollera, que no sea escocés? Los transexuales (si es que podemos considerarlas hombres). La cuestión es más que compleja y las preguntas de tan gran trascendencia que se hacen aquí como por al azar, no tienen ni tendrán nunca respuesta.

Lo que sí tiene respuesta, y casi siempre suele ser la misma, cada vez que un varón le pregunta a otro si ya escuchó a cierta banda que en estos últimos años se ha hecho famosa en el ámbito nacional, o si aprecia a ciertos solistas que ya llevan alguna trayectoria de carrera y ha ganado algunos premios y vendido unos cuantos discos, la repuesta pocas veces se diferencia a esta:

-Eso es música para mujeres.

¿Por qué? Nadie puede explicarlo con palabras. Música que les gusta a las mujeres y punto. Música que a los hombres generalmente les da lo mismo; ni les gusta demasiado ni les disgusta. No comprarían sus discos, salvo para hacerle un regalo a alguna novia, hermana, madre, hija, tía, prima o amiga. Eso sí, están al tanto de estos ritmos, porque es la música que escuchan las mujeres, y a los hombres -como bien se sabe en todo el mundo- si hay algo que intentan hacer todo el tiempo, es -justamente- estar con mujeres. Pero la música les da lo mismo.