Hija de verdulero: -Papá, mañana tengo examen de filosofía y no sé nada, no sé qué voy a hacer, la profe me va a bochar.
Verdulero: -Mandale fruta, nena, ayer me llegaron unas ciruelas de la gran siete.
Este diálogo pudo haber acaecido o no. Seguramente no. Qué entretenido sería para los que estudian el lenguaje, conocer de dónde vienen las expresiones que usamos, en especial cuando el significado literal de las palabras que las componen tienen muy poco que ver con el sentido figurado que expresan. Ansiamos como nada en el mundo saber, verbigracia (que es como decir "por ejemplo"), cómo fue la primera vez que alguien dijo que le están tirando los galgos (acaso un chabón a su enamorada, sabiendo que ella amaba los perros de aquella raza, se le declaró regalándole una jauría), o que le están tomando el pelo (acaso algún loco que además de bolacear a las personas, le gustaba recortarles un mechón y tomarlo en un gran chopp de cerveza).
Verdulero: -Mandale fruta, nena, ayer me llegaron unas ciruelas de la gran siete.
Este diálogo pudo haber acaecido o no. Seguramente no. Qué entretenido sería para los que estudian el lenguaje, conocer de dónde vienen las expresiones que usamos, en especial cuando el significado literal de las palabras que las componen tienen muy poco que ver con el sentido figurado que expresan. Ansiamos como nada en el mundo saber, verbigracia (que es como decir "por ejemplo"), cómo fue la primera vez que alguien dijo que le están tirando los galgos (acaso un chabón a su enamorada, sabiendo que ella amaba los perros de aquella raza, se le declaró regalándole una jauría), o que le están tomando el pelo (acaso algún loco que además de bolacear a las personas, le gustaba recortarles un mechón y tomarlo en un gran chopp de cerveza).
Yo aprendí filosofía, dados, timba y la poesía cruel de no pensar más en mí, decía Discepolín en Cafetín de Buenos Aires, y aludía a su filosofía callejera, barrial. Borges comenzó su obra literaria con algo de esto. El duelo, el Truco, la payada (encontradas en textos como Hombre de la esquina rosada o El idioma de los argentinos), todo remite a una cultura y a un tipo de pensamiento popular, una doctrina filosófica contraria a las europeas como la griega, la alemana, la francesa o la inglesa (con las enormes diferencias y contradicciones que en estas se encuentran) a la que pasaría después en su obra, en relatos como Funes el memorioso, o El Aleph sin ir más lejos.
En lo que respecta a la unión de ambos tipos de doctrinas (que muchos pueden distinguir como alta -la académica- y baja -la callejera-), filósofos como Platón veían una imposibilidad en dicha aspiración para la persona común -el pibe de barrio, el hijo del vecino, el guacho de la esquina, el vago de la cuadra- al pensamiento filosófico elevado, mientras que otros filósofos como Nietzche con su Superman o Descartes, en tanto reformistas del sistema educativo, pretenden algo así como una emancipación de las masas y un pasaje de éstas al conocimiento trascendental.
El hecho es que mandar fruta es decir cualquier cosa, en especial cuando a uno se le pregunta algo de lo que no tiene ni la menor idea y no quiere dar a conocer su ignorancia.
Generalmente, antes de mandar fruta, se comienza con adverbios como "Básicamente..." o expresiones como "El hecho es que..."
Basta prender la radio o la tv unos minutos y escuchar cualquier entrevista a alguna de las ilustres personalidades que integran la vida política nacional e internacional para escuchar a alguien mandar fruta.
"Yo puedo hablar sobre qué es el hombre y cuáles son las características que distinguen a la especie humana, pero voy a mandar una de fruta que ni te cuento", dijo una estudiante de secundaria ante la pregunta ¿qué es el ser humano? La chica apelaba a su modestia o a lo que ahora se dice honestidad intelectual.
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