La afortunada e inevitable muerte de Usted

Sobre el título de este post, "no se dice muerte de usted; es muerte suya", me diría la Negra de estar acá, que siempre le gustó corregir a los demás, tenga o no razón, pero con quien nunca es tarde ni temprano para mantener una interminable e inservible discusión acerca de los usos de la lengua. Una vez me corrigió: "No es brasileros, es brasileños; brasileros no existe y si alguien dice brasileros, está mal dicho y es un pelotudo". Sólo con la consulta al mataburros de bolsillo, que nunca falta en la mochila, la hice entrar en razón. Mataburros no es algo para matar burros; es el diccionario.

Sin embargo, de lo que trata realmente este post, es del uso de la deferencia (no, no diferencia, ni la differance derridiana, ni que ocho cuartos), es del caduco uso del usted. Hoy los jóvenes argentinos y no tanto, al menos en la mayor parte del país (exceptuando algunos sectores de las provincias del Norte) lo usan sólo para cuando hablan con los mayores (de 80 años). Ellos, sin embargo (los ancianos) lo usan bastante más y esto es señal de que poco a poco va dejándose de lado, para integrar parte de la historia de una lengua. En cuanto al continente, es verdad, los jóvenes lo usan en Colombia, Perú, Brasil, Bolivia, Ecuador, Venezuelay gran parte de centroamérica. Pero acá, señores y señoras, el usted va muriendo poco a poco.

El usted, en todo caso es como el termómetro de mercurio. Surgió a mediados del siglo XVIII, a partir de la expresión vuestra merced, que después de pasar por uesaced (término que traía la confusión de las personas, las cuales pensaban que refería a la sed y producía la búsqueda de algo bebible), termina en usted en el XIX. Y deja de existir a principios de este siglo XXI, sobre todo, tanto el termómetro, como el ud. por ser cancerígenos.

Hoy, el uso de la deferencia queda relegado sólo a las relaciones laborales y, aunque a veces se use de igual a igual (ciertas y en pocas ocasiones, se usa de arriba hacia abajo, es decir, el patrón o patrona tratando de usted al empleado/a). Y en este sentido se pierde el aspecto etario.

Tranquilamente una señora mayor puede tratar de usted a una joven ricachona para la que trabaja como empleada doméstica. De ninguna manera esta chica va a tratar de usted a la señora, y seguramente tampoco trataría de usted una señora mayor ricachona cuando habla con su empleada/o de servicio, jardinero, sodero, etc. Los trataría de vos. "Podés limpiar un poco la cocina", le diría. "En un rato señorita, ahora cuando termine de colgar su ropa".

También hay que hacer un llamado de atención puesto que cuando una persona en este país no quiere que se la trate de usted (quizás porque la hace sentir decrépita) pide que se la tutee: "tuteame por favor que me hacés sentir vieja". Pero el hecho es que en este país no se tutea. En este país se vosea. ¿Quién dice: cómo andas tú? ¡Cómo andás vos, se dice acá!.

Además es incómodo el uso, puesto que cuando se habla de usted, se le habla a una segunda persona con los verbos en tercera persona. Esto puede traer graves confusiones:

-¿Lo vio? ¿Vio cómo se escapó? ¿Por qué no hizo nada para deternelo? ¿Por qué lo dejó escapar de la cárcel? ¿Quién se cree qué es? ¿Para qué le pagan? ¿Por favor, se está volviendo loco?
-¿Pero de quién estás hablando?
-¡¡De usted!!

Por último, es necesario hacer un llamado a todos y todas las jóvenes argentinos y también a los adultos y a la gente de todo el continente, y ¿por qué no? a todos los que hablan lenguas con sistemas de deferencia como lo es el usted, el tu-vou, el voce, el your majesty y todas las demás. La diferencia va de la sociedad al lenguaje, el lenguaje sólo refleja las costumbres de las personas, me dirán. Les contesto que si queremos cambiar las cosas, por un lado hay que empezar. ¿Y por qué no empezar por el habla cotidiana, para pasar a la acción o al menos dejarlo en el lenguaje y que otros se encarguen de la acción?


El doctor tangalanga muestra que no siempre el uso del usted
significa deferencia y respeto.

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